El postprocesado es un proceso cuyo objetivo es el de mejorar la calidad, estética o incluso las características mecánicas de una pieza. Te enseñamos los más comunes y mejores postprocesos que puedes utilizar en impresión 3D para mejorar, sobre todo, el acabado superficial de tus piezas.
En este artículo se hablará de los 3 principales tratamientos, mecánicos, térmicos y químicos.
Tratamientos mecánicos
Dentro de los tratamientos mecánicos podemos diferenciar 2 tipos, los procedimientos manuales y los tratamientos avanzados.
Procedimientos manuales
Son aquellos en los cuales interactuamos con la pieza de forma manual y mecánica con herramientas como cuchillas, espátulas, lijas, minipulidoras, entre otros.



Procedimientos avanzados
Aquellos en los cuales utilizamos equipos especializados como son una chorreadora o una pulidora por vibración.



Tratamientos térmicos
Calentamiento directo en la zona afectada
Este proceso permitirá corregir pequeños errores o desperfectos generados en la impresión. Consiste en aplicar calor a un trozo de filamento e ir “dibujando” sobre la zona afectada para tapar las irregulares.
Termoformado
Consiste en moldear una pieza mediante la aplicación de calor. Los materiales empleados en impresión 3D son termoplásticos, esto quiere decir que podemos calentarlos, fundirlos y moldearlos. Esto tiene una gran ventaja y es la posibilidad de imprimir una pieza sencilla, sin soporte y luego mediante la aplicación de calor moldearla hasta conseguir la forma deseada, que, por norma general, sería más compleja de imprimir y utilizaría más material. Más abajo se puede ver un ejemplo.
Tratamientos químicos
Los tratamientos químicos se llevan a cabo mediante la aplicación de un agente químico a la pieza. Con estos tratamientos lo que se busca es mejor la calidad visual de la pieza, no siendo tan importantes ni la estabilidad dimensional de la pieza ni los requerimientos mecánicos.
Podemos encontrar los siguientes:
Inmersión en acetona
Este tratamiento se puede llevar a cabo tanto de manera directa como indirecta.
El método directo consiste en introducir la pieza, normalmente de ABS, en un recipiente con acetona durante no más de 10 segundos. Pasado este tiempo hay que enjuagar con agua destilada para cortar el efecto del químico. La finalidad de este proceso es que la acetona se coma parte de pieza, generando así que las capas sean menos visibles o prácticamente invisibles. El inconveniente es que las dimensiones de la pieza disminuirán ligeramente.
El método indirecto sería muy parecida a la anterior, con la diferencia de que la pieza no entraría en contacto directo con la acetona, sino que el contacto sería mediante el vapor generado por este químico. Lo ideal sería introducir la pieza sobre una plataforma en una cámara cerrada. El tiempo de aplicación estaría en torno las 3 horas. Lo recomendable sería ir revisándolo cada cierto tiempo, hasta conseguir el acabado deseado.



Recubrimiento con resina epoxi
Consiste en aplicar una o varias capas de una resina epoxi a nuestra pieza. Esta resina se encargará de rellenar los huecos que se quedaran entre capas y dejar toda la superficie uniforme. Una resina epoxi recomendable que da muy buenos resultados es la resina de la marca XTC-3D. Para aplicarlo de la mejor forma es necesario seguir las recomendaciones de uso del fabricante.



Materiales diseñados para facilitar el alisado
Algunos fabricantes tienen en su portfolio materiales permiten contar con un acabado polished o pulido si le aplicamos un cierto químico. En el caso de la marca Polymaker, cuenta con el PLA PolySmooth, el cual es soluble en alcohol isopropílico o isopropanol. Este puede aplicarse mediante aplicación directa o por vapor.


